lunes, 7 de diciembre de 2009

El testamento

Alexander Blacker Thierry declaró textualmente en su testamento que su fortuna consistía en lo que "designa, contiene y contendrá el libro mayor de su casa comercial", cuyo nombre era Blacker & Co. Nombró como sus herederos a su esposa Mariana Raygada (ya fallecida), a sus hijos Luis (Louis) y Carlos (Charles) Blacker Raygada, a sus nietas María Luisa Blacker Higginson y Elisa Blacker Higginson, así como a su hija Elisa María Blacker Higginson, quien residía en la ciudad de San Francisco, California, Estados Unidos.

Esta última era soltera y le otorgó un poder especial a su primo Alejandro Higginson, residente en Paita, para que cobre o perciba todo lo que le correspondía de la herencia paterna. Como albacea y liquidador de sus bienes, Alexander Blacker Thierry nombró a su primo político José María Raygada Oyarzábal, quien era hijo del ilustre General José María Raygada Gallo -héroe de las guerras de Independencia fallecido en 1859- y Juana Oyarzábal de la Canal.

En su testamento, Blacker también designó a Raygada Oyarzábal como "tutor y guardador de sus hijos menores", al mismo tiempo que citó como sus propiedades una casa habitación y una bodega en Paita, así como una finca y un establecimiento para despepitar algodón en el pueblo de La Huaca. Posteriormente, cuando se realizó el inventario de sus bienes, se descubrió que Blacker poseía también una rústica casa en Sullana. En la tasación se detallaron todos los enseres encontrados en sus propiedades.

Lo que llama la atención es que en su testamento Blacker aclara que "su primera esposa, Eliza Higginson, no aportó bienes algunos al matrimonio y que en la fecha de su muerte la sociedad conyugal no tenía capital alguno". La declaración sorprende porque hay sólidas evidencias que demuestran que Blacker manejó por algunos años el negocio de la familia de su esposa y que sus principales propiedades fueron adquiridas cuando Eliza Higginson todavía estaba con vida.

Foto: Primeras páginas del legajo que contiene en detalle el testamento del comerciante inglés Alexander Blacker Thierry.